En una barberia, mentre es tallen i s’allisen cabells, es troben dos perruquers que no s’havien vist mai i conversen. Són en Josep Maria Gich, català, i l’Abdelmajid Fauzi, marroquí. Perruquers de professió, no se sorprenen de com s’assemblen les seves maneres de fer…
Text: Neus Ferràs
Fotos: Sònia Cervià
Josep Maria (JM): ¿Mejor en castellano?
Abdelmajid (A): Sí, mejor. El catalán lo entiendo pero me expreso mejor en castellano… Llevo 15 años de peluquero. En Marruecos, antes de 1999, me gustaba ir a un peluquero vecino. Fui a la escuela de peluquería y después…
JM: ¡A trabajar!
A: Sí. Primero trabajé con unos amigos y después monté mi propia tienda. Aquí soy un trabajador. ¿Y a ti, cómo te va la peluquería?
JM: Bien. Hay faena aunque estamos en crisis y se nota.
A: ¿Y cómo son tus clientes? ¿Vienen sólo catalanes?
JM: De inmigración tengo poca… sobre todo viene gente del país. Catalana, castellana…
Arriba en Kamal, propietari de la perruqueria. L’Abdelmajid ens el presenta. A partir d’aquí anirà participant en la conversa animadament.
Kamal (K): ¡Buenas!
JM: …si no hay dinero, la gente no va a la peluquería.
A: Prefieren cortarse el pelo en casa.
JM: Claro, se compran una máquina y se cortan el pelo en casa. Pero no me puedo quejar aunque siempre estoy sufriendo: que si hoy tengo poca faena, que si mañana también…
Entra un client, un noi jove, que fa la intenció de marxar quan ens veu en conversa. L’Abdelmajid el fa passar.
A: (al Josep Maria) Mientras seguimos hablando, trabajaré un poco. ¿Cómo llegaste a peluquero?
JM: A los 14 años fui a aprender a una academia. Y a los 16 ya pude empezar a trabajar. A los 23 años vine a Salt. ¡Y ahora ya llevo 16 años aquí!
A: (al client) No pasa nada si te hacen una foto, ¿no?
El client ens mira tímidament però ens dóna permís perquè fem fotos al perruquer en acció.
K: ¿Y tú atiendes a hombres y a mujeres?
JM: Sólo a hombres. Las mujeres son muy complicadas, eh? (riuen tots amb complicitat)
K: ¿Las mujeres españolas se dejan peinar por un hombre?
JM: Sí. Puede que una mujer prefiera tener un peluquero hombre.
K: Las mujeres musulmanas no. La peluquera tiene que ser una mujer. No es que sea obligatorio pero como llevan el velo se haría extraño que una mujer fuera a una peluquería de hombres.
JM: Alguna tendría que abrir una, ¿no?
K: ¡Claro! No hay ninguna ni en Salt ni en Girona. En Barcelona sí, pero aquí no. Y peluquerías de hombres, ¡para dar y regalar! Esta peluquería era de un amigo que se fue a otro país, y me la traspasó.
JM: (A Kamal) ¿Tú trabajas o sólo trabaja él?
K: No, yo no. Él es el peluquero.
L’Abdelmajid va tallant cabells molt concentrat, però es manté connectat a la conversa i va intervenint de tant en tant.
A: ¡Él es el jefe!
K: ¡No me quiere enseñar!
A: ¡Si le enseño me echa! (riuen tots plegats)
K: Es un oficio complicado. Al más mínimo detalle que no te gusta… Los clientes son exigentes. Sobre todo los jóvenes… ¡ufff!
A: Aquí vienen clientes de todo tipo, jóvenes y mayores.
JM: Yo suelo tener gente de mediana edad y mayor. Lo que sería la barbería clásica. La mayoría de servicios son cortar el pelo.
K: Sí. Cortar. Y aquí también alisamos mucho el pelo. Los jóvenes de hoy en día todos se alisan el pelo.
JM: ¿Sí?
17190UniverSalt: ¿Y qué tipo de conversaciones salen en las peluquerías masculinas? Se dice que en las de señoras hay mucho cotilleo, pero… ¿y aquí?
K: ¡Uy! ¡De todo, de todo! (riuen)
JM: El tiempo, el fútbol, el Barça y si hay suficiente confianza… las mujeres. ¡A los hombres también les gusta el cotilleo!
K: ¡Pero no hablan delante de cualquiera!
JM: Quizás no te dicen las cosas directamente, pero indirectamente te comentan “¿sabías esto?” o “creo que aquí pasa esto o lo otro”.
K: Y sobre todo aquí en Salt, que siempre ocurren cosas… ¡En una peluquería te enteras de todo! ¡No hace falta que salgas!
JM: También a veces te explican “me he ido a comer aquí que está bien” o “si te gusta ir a caminar o andar, cógete la bici y vete con el crío por allá”, te van recomendando cosas.
K: Y si hay confianza el cliente te cuenta sus problemas. Si está contento, te explica los motivos de su felicidad, y si está triste pues te dirá “me pasa esto”.
JM: También hay aquél que se sienta y no dice nada, ¿verdad?
K: Sí. Los jóvenes son los que menos hablan. Aunque hay algunos que sí. Y si hablan lo hacen de la discoteca, de chicas…
JM: Si tú tienes un cliente y sólo lo ves aquí te cortas un poco, pero si un día nos encontramos fuera de la barbería y hablamos ya se va ganando un poco más de confianza. Puede haber un poco más de feeling.
K: El cliente tiene que sentirse a gusto contigo. Si no, ya puedes hacerle el mejor corte del mundo que no volverá. Puede que Abdel tenga un mal día y si alguien viene a cortarse el pelo y él no le habla, el cliente lo notará y estará incómodo.
A: (mentre va tallant els cabells) Parece que uno tiene que estar siempre contento y feliz… ¡y hablando! (riuen)
JM: Esto va con la faena.
A: Te vas acostumbrando.
17190UniverSalt: ¿Qué diferencias creéis que hay entre vuestras peluquerías? Tú eres marroquí, pero comentabas antes que no sólo vienen marroquíes…
A: Aquí vienen de todas partes. No creo que haya diferencia.
JM: Esto es universal, ¿no? La gente se corta el pelo aquí y en todos lados. Todos los peluqueros cortan pelo pero cada uno tiene su manera de hacer.
A: Hay algunos peluqueros que no trabajan bien. Pero si trabajas bien te vendrán clientes de todas partes. Los jóvenes se lo dicen entre ellos…
K: Sí, sobre todo los jóvenes. Que si tupé, que si escalera… ¡mil cosas que no sé ni qué significan!
JM: El cliente siempre quiere quedar contento. Pero hay días en que no estás tan fino o que tienes faena acumulada y vas más rápido. En general el cliente es agradecido. Algún fallito te perdona. Es trabajo manual. Nunca queda igual.
A: Te gustaría que quedara siempre igual de bien, pero nunca queda igual.
K: Yo no soy peluquero pero Abdel me cuenta que normalmente a una persona le cortas el pelo la primera vez y luego siempre lo haces mejor. Porque ya conoces la cabeza del cliente… Hay gente que tiene golpes de pequeño y, si al cortárselo no te lo dice, pues igual se le ve con el corte. Eso ya no te pasa la siguiente vez que le cortas el pelo. Y eso al cliente le gusta.
JM: El cliente no dice nada muchas veces cuando se sienta. ¡Ya lo sé yo lo que quiere!
A: Porque ellos están acostumbrados contigo pero pienso que siempre hay que preguntar por si acaso. Sean jóvenes o mayores. Pueden tener ganas de cambios.
JM: Es verdad. Te suelen decir, “ahora lo quiero de verano”, entonces cortas un poco más. O en invierno se lo dejan más largo…
17190UniverSalt: Llama la atención que la barbería sea un lugar de tanta relación. Parece que uno viene a cortarse el pelo y ya está, pero estáis hablando de un vínculo con el cliente…
K: ¡Y favores! Muchas veces te dejan las llaves de casa, o te dejan un momento aquí al niño…
JM: O recoger un paquete a un vecino, o guardar las llaves…
A: Es un vínculo de confianza. A Abdel le traen que si té, que si café, bizcocho… ¡Nunca merendamos en casa! Cuando hay confianza el cliente te lo agradece.
Es fa un silenci. Se sent el soroll de les tisores i ens quedem embadalits mirant com treballa l’Abdel.
JM: ¡Esto es España! ¡Uno trabaja y cuatro que miran! (Riem. Es respira bon ambient a la barberia.)
A: ¿Y tú en la peluquería usas más la máquina o las tijeras?
JM: De todo.
A: ¿y qué prefieres? Yo no sé cómo trabajáis… No creo que haya diferencias entre nosotros, pero yo siempre pregunto para saber.
JM: Yo prefiero trabajar con las manos pero la máquina se usa mucho porque aparte de ir más rápido, queda mejor si es para pelo muy corto.
17190UniverSalt: ¿De qué temas se ha hablado esta mañana en vuestras peluquerías?
JM: Hoy, en la mía, el único tema de conversación ha sido que esta noche me han roto un cristal.
17190: Ayer abdicó el rey de España, ¿no ha salido este tema?
JM: ¡Qué va!
A: Aquí tampoco. ¡A nadie le importa el rey!
17190UniverSalt: ¿Y si os cambiarais la peluquería por un día, qué creéis que es lo que más os sorprendería?
JM: No creo que nos sorprendiese nada en concreto. Creo que tanto da cortar el pelo aquí como en el carrer Major.
A: Serían los clientes los que más se sorprenderían de llegar aquí y encontrar a otra persona. Probablemente no se atreverían a cortarse el pelo, al no conocerte, al no haberles cortado nunca tú el pelo.
JM: Yo creo que alguna persona sí que se atrevería, pero no todos.
K: Cuando teníamos aquí dos peluqueros, si venían a cortarse el pelo con Abdel y estaba el otro, los jóvenes no se quedaban. Esperaban a Abdel. A la gente mayor, en cambio, le daba más igual.
JM: Yo cogí también la peluquería en un traspaso y al principio la gente se sorprendía pero se acaba adaptando.
A: ¿No has notado que hay dos tipos de clientes?
JM: Yo no he notado nada.
A: Hay dos tipos de clientes: los clientes de la peluquería, de la tienda, y los clientes del peluquero. Hay clientes que donde vaya el peluquero, irán allí.
K: ¿Tu peluquería está en la calle Mayor?
JM: Sí, al lado de la tienda de ropa de segunda mano, del Recicla’t.
A: Yo una vez te quería llevar un curriculum, pero al final no lo hice.
JM: La verdad es que me he acostumbrado a trabajar solo. Los clientes suelen ser del barrio. Pasan y si ven que hay mucha faena vuelven más tarde. Si no, se quedan. Un día vino un peluquero magrebí, que quería que le alquilara una silla un día a la semana y traerse a sus clientes. Pero aquí no se hace esto.
A: Tendrían que pagar los autónomos para poderles alquilar el espacio. Sin autónomos no se puede.
K: (en to de broma) ¡Se te caería el pelo! (riures) Hacienda te machacaría. Yo abrí y al cabo de dos semanas ya vinieron para acá a comprobar que todo estuviera bien.
JM: Pero mejor que haya control, ¿no?
K: ¡Claro! Las cosas tienen que estar controladas y en su sitio. Pero ¿sabes la única diferencia que hay entre la peluquería de un español y la de un marroquí? Que en la del marroquí la policía viene mucho. En cambio en la de un español… ¿Ha entrado alguna vez la policía en tu peluquería?
JM: No.
K: ¿Cuántos años llevas en tu peluquería?
JM: Dieciséis.
K: Pues a nosotros en seis meses la policía ha entrado cinco veces. ¡Cinco veces! Un día un cliente vino aquí a cortarse el pelo y llevaba marihuana en el bolsillo. Aquí en Salt se pasea la policía con un perro y, al oler la substancia, el perro entró. ¡Yo no puedo registrar al cliente antes de entrar en mi peluquería, ni tampoco oler la marihuana a distancia! Vinieron dos patrullas, todo el mundo mirando… ¡Imagínate cuántos polis son dos patrullas! Y como este chico llevaba marihuana encima ya te registran toda la peluquería y te acusan: “¡Eso sois vosotros que vendéis!”.
La primera vez que vino la policía me pidieron la documentación muy bien, y la segunda vez también. Pero a partir de la tercera, ya empezaron a registrar el local. Y eso que lo de detectar marihuana en un cliente sólo ha sido una vez. Luego ya han ido entrando porque les ha dado la gana. Y claro, vienen clientes y ¡no los puedes echar! Tenemos esta salita para charlar y tomar café… ¿Cómo voy a echar a los clientes? ¿No te vienen clientes a ti sólo para charlar?
JM: No. Sólo vienen a cortarse el pelo. 20 o 30 años atrás era como tú dices. No había tele ni radio, y la gente venía aquí a hablar. Pero eso se ha perdido.
K: Pues aquí si pasa una patrulla por delante, se asomarán. Quizá no pararán pero mirarán. Y eso sólo porque es una peluquería de marroquís. Y mira que yo no soy marroquí, ¡que soy nacido aquí! Esa es la única diferencia que hay, creo.
A: (al Josep Maria) ¿Te cortas el pelo tú mismo, no?
JM: Sí.
A: Pues si quieres cambiar y que te lo corte un peluquero ¡vente un día aquí!
Mentrestant l’Abdel aplica una mena de pasta als cabells del client.
A: Ahora le voy a alisar el pelo. Si te quedas un poco más ya verás cómo queda. Es una crema, se aplica y se deja entre quince y veinte minutos y luego se lava con un champú especial. Normalmente este alisado dura entre quince días y un mes. Depende del tipo de pelo. En el papel dice que son tres meses, pero es un poco menos…
Deixem la conversa definitivament aquí, que s’acosten les 16.00h i en Josep Maria ha d’anar a obrir la seva barberia. Acabem amb unes quantes fotos i les ganes de tenir ja el diàleg en paper!!!
Els trobaràs:
Perruqueria Kamal
c/ Àngel Guimerà, 93
17190 Salt (Girona)
Tel. 680.288.879
Perruqueria Josep Maria Gich
c/ Major, 279
17190 Salt (Girona)